- Velando para que descansen el tiempo necesario y hagan una buena organización y planificación del tiempo de estudio. Deben tener un horario diario concreto.
- Fomentando la organización: antes de ponerse a estudiar deben preparar todo el material necesario para evitar pérdidas de tiempo y tenerse que levantar posteriormente.
- Procurando que el lugar de estudio sea tranquilo, bien iluminado, ajeno a elementos distractores (música, T.V...), con una mesa y una silla confortable.
- Recordándoles que deben seguir las técnicas de estudio adecuadas a cada asignatura y tarea.
- Motivándoles para la lectura placentera diaria de libros, prensa, revistas...
- Demostrándoles que una buena organización del tiempo permite que el estudio diario pueda compatibilizarse con actividades deportivas, culturales, lúdicas y con el descanso necesario.
- Ofreciéndoles colaboración sin suplantar su trabajo.
- Creando en casa un clima familiar afectivo y motivador.
- Elogiando sus éxitos y logros.
- Valorando positivamente sus esfuerzos y cualidades personales.
- Aceptando incondicionalmente sus limitaciones y defectos.
- Tratando a cada hijo según su modo de ser.
- No comparando nunca los éxitos o fracasos de un hijo con los de los otros.
- Proponiéndoles metas y esfuerzos posibles y realistas.
- Preocupándose de ellos como personas y no sólo como estudiantes.
- Evitando proyectar sobre ellos sus propios temores y ansiedades, no queriendo compensar las propias frustraciones con los posibles éxitos de ellos.
- Orientándoles, nunca imponiéndoles, en cada una de las opciones que tendrán que hacer a lo largo de su vida de estudiantes.
- Respetando las decisiones que tomen después de haberles consultado.